Gracia y Paz de parte de Dios que nos permite un año más “ser una Iglesia en salida” y con ello, testimoniar ante el mundo que Su Amor es una realidad visible, unificante, constructora de Bondad, Justicia y Paz.

Reconocemos que los acontecimientos del mundo provocan dolor, sufrimiento, divisiones e injusticias que sólo LA BUENA NUEVA puede ayudarnos a superar; pero también reconocemos los grandes valores que salen del corazón, así lo demostraron ustedes con el esfuerzo, la dedicación, el sentido de la Vocación, la grandeza de la Misión y el entusiasmo que pusieron para llevar a cabo la Jornada de colecta recién pasada en que LA CARIDAD nos ha concedido NO APARTAR LA MIRADA DEL POBRE.

Así nos lo inspiró Nuestro Buen Padre Dios antes y durante el “DÍA DE LA CARIDAD”, Su Santo Espíritu nos impulsó a encontrar las maneras prácticas de poner por obra lo que la frase nos dice.

Con la ayuda de Dios, en Su Nombre y fortalecidos como Comunidad, podremos continuar sirviendo y viviendo el “Día de la caridad” todos los demás días del año.

Insuficientes (como aquellos 5 panes y dos pescados) parecen las acciones humanas cuando se limitan a conjuntar los recursos materiales, pero cuando la oración, La Fe y El Amor se conjuntan para amar y servir a Dios y al prójimo, podemos estar seguros de que dichos recursos se multiplicarán…¡DIOS ES BUENO, PROVIDENTE Y FIEL!

Acepten nuestra GRATITUD A NOMBRE DEL POBRE, de todo aquel hermano en quien vemos a CRISTO SUFRIENTE; reciban también el agradecimiento de quienes servimos en Cáritas Arquidiocesana.

Somos siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer.